28 de marzo de 2015

Iglesia San José de Tacuato

Procesión de la Coromoto. 1953

Aproximación a su historia

El próximo mes de mayo esta edificación cumplirá ciento diecinueve años de inaugurada, razón por la cual dedicaremos algunos datos y reflexiones acerca de ella.






Huida a Egipto
La huida a Egipto. Fanny Delgado
Desde su inauguración ha pasado por ampliaciones y modificaciones que han cambiado su tamaño y aspecto. Iniciando como una modesta capilla de una sola nave con techo de tejas y salidas laterales (norte y sur), sin sacristía ni salón parroquial, hasta llegar a su estado actual, con techo de asbesto, sin salidas laterales, la colocación de columnas centrales que simulan tres naves y construcción del salón y la sacristía.

En época reciente se han llevado a cabo mejoras al interno de la edificación, entre ellas: nuevos murales en cerámica que sustituyeron los realizados por la Sra. Carmen Fanny Delgado Loaiza (1932-2004); ampliación del presbiterio y sustitución del altar de madera por uno fijo en concreto; mejoras en la iluminación y sustitución del piso de vinilo por revestimiento cerámico, colocación de cielo raso, entre otras...

Pero, ¿cuál es su historia? ¡Esto es lo que hemos encontrado!


Antecedentes 

El Oratorio de San Antonio de Padua


Imagen: Sagrada Familia. Fanny Delgado
 Sagrada Familia.  Fanny Delgado
En 1773 se presentaron varias personas ante el Obispo Mariano Martí, de visita en Baraived, y elevaron su petición para la reconstrucción del Oratorio que se encontraba dentro de los límites del Hato Tacuato, propiedad de la Familia Naveda.

El obispo otorga el permiso para su reparación y ordena la construcción, “contiguo al oratorio”, de un cementerio.

En los libros parroquiales de Santa Ana se hace mención del Oratorio de Tacuato hasta el 26 de enero de 1820, fecha en la que el Padre Gabriel Arévalo hizo los oficios de sepultura a María Paula, una niña, hija de esclavos.

Esto nos hace suponer que el conflicto independentista por una parte y el de la Guerra Federal por otra, impidió que la comunidad reconstruyera o reparara el Oratorio ocasionando su ruina definitiva. 


La construcción del nuevo templo


Vista lateral norte. c. 1953
Una vez terminada la guerra parece que Tacuato deseaba renacer con nueva energía. No quería quedarse atrás en el sentimiento general de bienestar y esperanza.

Posiblemente el gran impulsor de la construcción haya sido el P. Teolindo Antonio Navarrete, Vicario General de la Diócesis de Coro, el cual por motivos de salud se había residenciado en Tacuato. Según datos suministrados por la familia Arends fue él quien hizo un plano o trazado de la zona donde se ubicó la iglesia y posteriormente la plaza Bolívar. Dicho plano fue enterrado en algún lugar dentro de la capilla.

Ningún documento hemos podido ubicar que nos brinde detalles sobre la fecha de inicio y fin de su construcción, que estimamos entre 1890 y 1895. 

En cuanto a su ubicación, pensamos que el actual templo no se hizo sobre los cimientos del antiguo Oratorio. Lo creemos debido a la gran distancia que existe hasta el antiguo cementerio (ubicado al norte de la comunidad) que suponemos se construyó al lado del Oratorio, según la orden dada por el obispo Martí en 1773.

Por conversaciones con algunas personas de la comunidad nos enteramos que la teja empleada para el techo de la capilla era de una casa ya en ruinas perteneciente a la familia Naveda.


La inauguración


En un documento conservado por la familia Arends encontramos que el 12 de mayo de 1896 se hizo distribución de las invitaciones para  la “bendición e inauguración”, los días 23 y 24 del mismo mes y año, de la capilla dedicada “a la honra y gloria de Dios y del glorioso Patriarca Señor San José” la cual se había terminado de construir “en el Caserío Villa de Mar [antiguo Tacuato]”.

Junto al P. Navarrete encontramos como firmantes de la invitación a los señores: Gregorio Mendoza, Rafael J. Pelayo y Manuel Arcaya.

La comunidad junto a su templo. c. 1953
Un clima de entusiasmo y alegría general debe haber inundado el poblado, que durante un largo período de tiempo no gozaba de un lugar de culto ni de atención frecuente por parte de algún sacerdote. El párroco de Santa Ana de Paraguaná por más de cincuenta años, P. Miguel A. Vera, era no sólo un anciano de casi 90 años sino prácticamente el único que atendía a toda la península. Aunque la presencia del P. Navarrete había paliado en cierto modo esa "orfandad".

La invitación afirma que los actos de inauguración serían “una notación palpitante del progreso y civilización a la que se encamina la bella y cristiana península de Paraguaná”. Esto reflejaba cierta conciencia de pertenecer a una comunidad más amplia, la identificación con un gentilicio “paraguanero”.

Creemos que el P. Navarrete fue quien propuso también cambiar el nombre de Tacuato por Villa de Mar. De hecho en los libros parroquiales de la Iglesia San Gabriel de Coro – donde hacía las veces de párroco – , al administrar algún sacramento a una persona de Tacuato se refería a ésta como “natural de Villa de Mar”; sin embargo en los libros de Santa Ana de Paraguaná que pudimos consultar nunca se hace mención de “Villa de Mar” al referirse a Tacuato.

Interior de la capilla. c. 1990

Como sabemos la propuesta de cambio del nombre no prosperó. Lo cual refleja otro hecho de importancia: la gente no asoció el "progreso" con la renuncia a su identidad.


Consideraciones finales


Lo que hoy nos parece una obra modesta debe haber sido para la época de su construcción un gran reto, sobre todo en el plano económico, que supuso para quienes participaron activamente en su levantamiento como en su costo, el desafío de actuar como un solo cuerpo para la consecución de un anhelo colectivo. 

Es cómo si con esta obra la comunidad, al enfrentar sus dificultades para alcanzar sus metas, hubiese querido dejarnos un mensaje: primero Dios, lo demás vendrá por añadidura.

¿Tú que piensas? ¡No olvides dejar tu comentario!