15 de febrero de 2024

Historia Local: aporte al blog

Después de muchos años de inactividad de este blog, se nos ha pedido publicar un interesante aporte sobre la historia de Tacuato, obra del respetable amigo Héctor Arends, oriundo de esta población. No hemos modificado nada del contenido. Solamente hemos agregado los títulos internos y añadido algunos pocos enlaces que podrían ayudar a los interesados a profundizar en algunos de los tópicos que se tocan. El texto entre [corchetes] también es nuestro.

Dado que desde siempre ha sido difícil que estemos en todo de acuerdo, especialmente cuando de sucesos históricos y personas se trata, se hace necesario decir que las ideas expresadas en este artículo son responsabilidad absoluta de su autor.


TACUATO

Desde la época prehispánica hasta 1800

Fundamentos para su historia local

por Héctor Arends 

Origen prehispánico de la comunidad

La comunidad de Tacuato tiene origen historiográficamente en antiguos predios caquetíos, reseñado por Oscar Beaujón en su historia del Estado Falcón, sitio donde hipotéticamente estaba una ciudadela aborigen llamada Todariquiba.

Marco geocultural

Enmarcada en una zona geocultural del grupo indígena Arawacoi, pueblos mantenidos hasta 1519 como zona de rescate donde se podía comerciar perlas, pero no capturar y esclavizar indígenas, variante que se hizo en 1520 cuando las costas venezolanas fueron delimitadas por el gobierno español entre áreas de rebeldes que tuvo como consecuencias la intensificación de acciones esclavistas, minimizado esto por la conducta diplomática de los caquetíos que aun así vivieron consecuencias de las capitulaciones otorgadas por el rey a los conquistadores en las distintas gobernaciones creadas entre 1525 y 1568, estableciendo una diferenciación entre indígenas rebeldes e indígenas pacíficos y su tratamiento como esclavos y libres respectivamente, condición que se mantuvo hasta la aparición de un tipo de sometimiento similar a la esclavitud: la encomiendaii de indios rebeldes; estas actitudes contribuyeron a estimular la resistencia indígena.

Mestizaje

La reducción de las etnias aborígenes a pueblos fue un vehículo importante en la transculturización, pues la convivencia entre indígenas y españoles o sus descendencias permitió que estos impusieran con mayor facilidad los elementos culturales hispánicos como lenguaje, religión y costumbres facilitando el mestizaje étnico, proceso que expondré en Tacuato a partir de la ocupación por la familia Naveda.

Tenencia de la tierra

Ocupación por parte de la familia Naveda

En las últimas décadas del siglo XVII, D. Juan (hijo de D. Bartolomé de Naveda, constructor español que concluyó la construcción de la Catedral coriana en 1632, según el historiador Carlos González) mantiene sus rebaños en las tierras [de Tacuato, por estar éstas] en condición de realengas, siendo [sin embargo] reclamadas por D. Juan Basilio Martínez Manaure en 1712, argumentando [derechos sobre ese territorio debido a] su casicazgo en Cacicure y demás pueblos de Santa Ana de Coro, exigencias que contradicen los indios del pie del Chamuriana apegándose al cabildo colonial establecido en Santa Ana de Paraguaná haciéndose proteger por D. Esteban de Ollarvides, que negó la condición de realengo de Tacuato, [actuando para ello] en calidad de protector de los indios de Paraguaná.

Solicitud de «Composición»

Posteriormente en 1714 Don Gabriel y Don Francisco, hijos del ya difunto Juan de Naveda, solicitan en composicióniii (Sistema de legalidad jurídica colonial para justificar la tenencia de las tierras) [sus posesiones] de Tacuato, [siendo] objetado de nuevo por dicho Ollarvides, suscitándose un largo pleito [que duró más de treinta años], concluyendo el 13 de marzo de 1745 con [la] demarcación de linderos entre las riberas del Golfete de Coro y el Mar Caribe hacia el Sur y el Este respectivamente, respetando al Norte terrenos de indios y al Oeste posesión de El Cayude.

Consolidación de la propiedad

A partir de 1750 es generado un periodo de consolidación de la propiedad en el lugar de Tacuato cuando numerosas familias emparentadas con los Naveda y otras que obtuvieron derechos por compra y donación asumiendo la sociedad, fomentando hatillos alrededor de la Ciénega dedicados a la siembra y la producción caprina que había desplazado a la bovina.

Compromiso de 1744

[Es un] documento que establece la propiedad colectiva y rige el gobierno local desarticulándose del cabildo y erigiéndose como líder Don Gabriel Naveda Olivares nieto del pionero Don Juan que asumió la mayor parte de la tenencia de los derechos en la posesión donde prospera un modesto caserío, surcado por el camino real que comunicaba a Coro con la Península por donde viajeros hacían estancia en Tacuato para calmar la sed y descansar los arreos de burros que transportaban mercancías: fueron tiempos de trabajo comunitario de forma cooperativa abriendo trochas, cavando casimbas, construyendo el cementerio y el oratorio de San Antonio de Padua más tarde visitado por el Obispo Martí en 1773 dando licencia para la reconstrucción del templo como sitio de encuentro en los rosarios dominicales donde convergían en tertulias los tacuatenses; casi todos pertenecían al grupo familiar Naveda como una pequeña hidalguía que tanto contribuyó al desarrollo económico y darle entidad a la jurisdicción coriana de la época colonial, afirmación reseñada por el libro “Tierras de Falcón” en su tomo II, [del historiador Carlos González].

Grupos familiares y étnicos

A finales del siglo XVIII la posesión estaba argumentada jurídicamente de una manera colectiva en las familias Añez, Molleja, Riujano, Calatayud, Rodríguez y Olivares junto a la original Naveda dedicada a la actividad agropecuaria; los caquetíos seguían siendo la mano de obra en la extracción de sal en Salinas de Palos y recolección de dividive en las tierras de la posesión, que junto a las pieles era el producto de la exportación ya en tiempos finales de la colonia. Salían desde la bahía de Adícora, que se había convertido en el puerto más importante de la península con un activo comercio hacia las Antillas.

Ya Venezuela había alcanzado la Condición de provincia mayor en 1786 según la historiografía nacional cuando se creó la real audiencia de Caracas que integró las provincias con el nombre de capitanía general de Venezuela quedando Tacuato enmarcado en la Provincia de Venezuela asistiendo a los oficios religiosos al curato de Santa Ana para efectos de bautizos, matrimonios y funerales; tiempos en que los Naveda cuidaban de la pureza étnica y la trascendencia de la familia dando cuidado a los casamientos entre los blancos y sus dotes es así que se desposan María Gabriela con Francisco Añez, Ana Marcela con Nicolás Rodríguez, Isabel con Antonio Molleja, Don Gabriel con Juana del Hoyo; todos pertenecientes a la casta dominante de la sociedad colonial venezolana del siglo XVIII y quienes se organizan en la defensa del Rey Carlos V con el fin de recuperar la autoridad Real que había sido desplazada por las acciones napoleónicas en la vieja Europa.

Aspectos socio-económicos

La nación venezolana en su periodo finesecular prolifera la población parda desplazando numéricamente en Tacuato a los caquetíos y blancos criollos manteniéndose en su memoria colectiva. La mitología indígena y la leyenda colonial de los hispanos fortalecidos en fábulas populares.

La exportación cafetera y cacaotera es la más grande expresión comercial de la capitanía en tiempo de fin de siglo, excluyéndose Paraguaná al no practicar en forma extensiva el cultivo aferrándose a las prácticas ancestrales indígenas del maíz, el cocuy y la auyama en forma prioritaria obedeciendo a las exigencias climáticas de la zona, pero aún así son afectados por los eventos preindependentista impactando a la población desclasada que merman en su capacidad productiva al servicio de la dinastía Naveda.

Desaparición de los Naveda

Naveda desaparece como apellido dominante al ofrecer en matrimonio el capitán Don Gabriel de Naveda a su hija Rita en el año 1798 a Don José Andrés Mendoza, natural del reino español de Navarra, quien fundó la era de los Mendoza en el dominio social de Tacuato contando según censo nacional con 116 varones 128 mujeres extendidos en una posesión de 51 fracciones de derecho siendo la mayor las del matrimonio Mendoza Naveda, que ven finalizar 300 años de presencia dominante de la Europa imperial.

Estatus social y situación de la propiedad a finales del siglo XVIII

El matrimonio Mendoza Naveda se ubica al borde de la paradisíaca laguna que garantizaba el consumo hídrico y el trabajo manual indígena bajo la constancia visora de los pobladores soportado por tres condiciones de status sociales: Aderechados, gozo de aderechado y pisatarios, asumiendo con sentido de pertenencia los espacios establecidos para la comunidad como consecuencia del trabajo colectivo y los antecedentes históricos documentados por el título de propiedad, que fue confiscado por el incumplimiento del pago tributario, debido a la deuda a la corona en el año 1799, representado legalmente por la familia Vergarechea (que despachaba desde el istmo a la altura de la actual Cararapa) que aplicaban impuestos a la producción agropecuaria generada por blancos y mestizos, y a la etnia indígena establecidos en las riberas del Golfete de Coro, localizados en varaderos denominados Vilela, El Poporo, La Guesa y Cuara siendo su medio de producción la pesca , recolección de mariscos y la extracción de sal.

Esas medidas generaron rechazo en la masa comunitaria activando antagonismos a la antigua casa grande de los Naveda, creando efectos de una anarquía colectiva, propiciados por afectos republicanos representados por los Arcayas del Cayude, que asumieron el control político del cantón haciendo partido al liderazgo bolivariano en contra de las acciones promonárquicas.


Notas

i «Los Arawacos: se ubicaron en la región sur y norte-occidental de nuestro país, en donde se destacan las tribus de Baniba, Guaipunabis y Caberres en el sur (Guayana); los Caquetíos desde las costas de Falcón hasta los Llanos occidentales y por último, los Guajiros en la península Guajira». En Pueblos indígenas de la República Bolivariana de Venezuela, consultada el 22/01/2024.

ii Ver La encomienda de indios, en Yaguaraparo es chévere

iii «Consistió en una declaración de las tierras que se poseían por ocupación, y admitida esta, si no hubiese contradicción de parte de terceros, se extendía el título mediante el pago de un bajo canon, según cédula de 27 de mayo de 1631, reducido a 100 pesos la legua cuadrada (3.105 ha).» Régimen de tenencia de la tierra. En Diccionario de Historia de Venezuela en línea, Consultado el 21/01/2024.